Los Santos Mártires, cuya fiesta se celebra en Valdecuna, son San Cosme y San Damián. Eran dos hermanos, que vivían en el antiguo Imperio Romano. Ellos llegaron a distinguirse como médicos muy hábiles, los que no cobraban dinero por su trabajo. Con el nombre de Diós y la oración lograron muchas curaciones milagrosas. La más famosa era la transplantación: los hermanos cirujanos cogieron una pierna de un moro recién muerto y la transplantaron a un enfermo blanco. Este milagro está reflejado en el arte: por ejemplo en el museo de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias, Burgos, se guarda la tabla de Pedro Berruguete (siglo XV), dedicada a esta trama.
Los hermanos eran cristianos y difundían su fé, por lo cual fueron matados en el año 303 d.C. por la orden de Diocleciano. Pero después de su muerte lograron curar milagrosamente muchos enfermos, por eso les consideraron como santos.
Desde aquel entonces la gente orando a los Santos Mártires, les pide salud. Se consideran también patrones de los médicos.
El templo de Insierto, consagrado a San Cosme y San Damián, fue construido en la II mitad del siglo XVIII por el arquitecto Pedro Moñiz Somonte. Es donde se desarollan las celebraciones del 27 de septiembre.
El sitio es muy pintoresco.
El día de la fiesta hace falta dejar el coche en Valdesoto: la carretera, que va arriba hacia la iglesia, permanece cerrada para el paso de vehículos.
Todos suben a pie. A mediados de la ruta empiezas a oir los sonidos de gaitas: desde este momento el ambiente de fiesta ya no te deja: la sientes y ves en varios detalles:
En la galería abierta hay muchas velas encendidas.
En la iglesia se reune la gente para tocar las figuras de los Santos con un pañuelo, según la tradición y pedirles de salud.
Luego comienza la misa solemne.
La procesión con las imágenes de los Santos Mártires hace un círculo alrededor del templo.
En la fiesta un papel importante interpreta el ramo de pan – una pirámide, adornada de flores y pan: tras la procesión empieza la subasta, donde se puede adquirir panes del ramo.
¡El primer se vende por 36 euros!
Muy pronto la pirámide se queda vacía y llega el turno de danza popular.
Unos bailes se acompañan con gaita y tambor, otros con voz y pandereta.
Aquí me gustaría agradecer a Jorge, a quien conocí en la fiesta, era tan amable de facilitarme los nombres de los bailes. ¡Gracias, Jorge!
Jota del Puntu:
Pasodoble:
Jota Corrida (voz y pandereta):
Jota de Vachebreu:
Pasodoble del Mazucu (voz y pandereta):
Jota de Babia:
El Tablón:
El Saltón:
Después de los bailes comienza la verbena.
Por la tarde hay conciertos de la música pop.
El día siguiente está dedicado a las diversiones de los pequeños, por lo cual se llama “Los Martirinos”.
Comentarios