De primera vista parece, que en un instante te has trasladado a un punto del extremo norte – toda la calle Gallana está cubierta de nieve y en el aire están flotando miles de copos blancos. ¡Una impresión extraordinaria!
Los niños aprovechan la única posibilidad de descender por el húmedo y resbaladizo adoquín, como si fuera una montaña, cubierta de hielo. La gente trata de captar un copo de nieve - en ese momento los adultos, parece, se convierten en niños. ¡El atmósfera de fiesta reina en Avilés!
Luego entiendes, que la “nieve” en realidad es la espuma, que sale en enormes cantidades de unas mangueras especiales, establecidas en la calle.
La gente viene muy bien preparada -vestida de capas y monos impermeables: es el mejor vestido para esta ocasión.
Cuando el grado de alegría alcance su punto máximo, comienza el desfile de carrozas.
La plaza del Ayuntamiento se convierte en escenario para el concierto de la música moderna.
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