Tineo Parte I: Tuña y dolmen de Merillés

La capital del concejo es la villa de Tineo.



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Tuña

Para este día, dedicado al viaje al concejo de Tineo, tenía un plan amplio. El punto número uno de la lista era Tuña. Por eso empecé con Tuña y… pasé allí el día entero, olvidando de mis planes.

No sé, tal vez hay que nacer en un sitio como Tuña o poner una  vacuna especial para obtener la posibilidad de ver todos los días estos fantásticos paisajes y no morir de admiración.

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Esta belleza del entorno es la causa que podría explicar la alta concentración de casonas blasonadas en Tuña. Todas ellas son de propiedad privada.

En la altura de la colina, en el punto más alto del pueblo se ubica el palacio Barrreiro. Pertenecía a los señores de Riego y Tineo, que en el siglo XIV se asentaron en Tuña, fundando el mayorazgo.

Se supone que la torre, que está en el primer plano, se refiere a finales del siglo XIV. Fue el nucleo del palacio. Las demás partes de la constucción de refieren al siglo XVIII.

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Pasé alrededor del palacio para ver todas sus fachadas:

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La fachada, que mira hacia Tuña, posee una galería de madera en la planta superior, y dos columnas en la inferior. Esta parte del edificio es de peor estado de conservación que otras:

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Pero es ella que guarda sobre la puerta una partícula de la historia del palacio – el escudo de armas de sus propietarios:

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Tiene las armas de las siguientes familias:

1. El primer cuartel con un árbol y dos cabras rampantes – se considera de los Tineo. Aunque en la información que he encontrado, el blasón de los Tineo tiene una de las cabras reposando a pié del árbol y otra rampando. Lo podemos ver bien en el escudo, colocado en la fachada del Ayuntamiento de Tineo:

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Y aquí tenemos dos cabras empinadas al tronco – este blasón debería pertenecer ya a otra familia: su descripción da Tirso de Avilés y lo atribuye a los Cabranes y del Canto, naturales del pueblo Sietes. Pero lo veo poco probable referente a este escudo. Tal vez con el tiempo pueda resolver este enigma.

Los cuarteles № 1,2,3 del escudo del palacio Barreiro

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2. El segundo cuartel con un castillo a la orilla de un río o riachuelo, con una concha a cada lado, en la parte superior del edificio está un león – es el blasón de los Riego. Los antecedentes de este linaje tenían una casa en la calle Mayor de la villa de Tineo, al lado de la casa estaba una fuente, o un riego. Aquí está la raíz del apellido y del escudo.

En la página web “Asturias, genealogía heráldica y nobiliaria” encontré los dibujos de los blasones, donde se ven bien los detalles de los escudos № 2 y 3 de la foto anterior:

blasón de los Riegoblasón de los Valdés

3. El tercer cuartel: diez roeles con una cruz en el centro están situados entre tres fajas en posición 3-2-2-3. Es de los Valdés. Me pareció interesante la explicación del origen del apellido, que encontré en misapellidos.com. Valdés es un apellido asturiano, que procede del término geográfico – Valle (Val-) del Esva (-es). Primeramente sonaba como Valdesva y luego se transformó en Valdés.

Los cuarteles №4 y 5

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y sus dibujos:

blasón de los Peláez de Arganzablasón de los Queipo de Llano

4. El cuarto cuartel con un caballero que lleva la espada en una mano y tiene la cruz en otra, es de los Peláez de Arganza, la familia, cuyos orígenes remontan a Don Pelayo. Por eso en sus armas el vencedor de los moros en Covadonga está con la espada y la Cruz de la Victoria;

5. El quinto cuartel con tres fajas, dos flores de lis y dos racimos de uva con hojas, a dos lados del escudo, es de los Queipo de Llano.

Es curioso que los dos apellidos, que se unieron en ese escudo – Riego y Queipo de Llano – trás años simbolizarán para la historia de España la idea del movimiento liberal y de las ideas constitucionales. Los representantes de las familias, que personifican estas ideas, eran José María Queipo de Llano, VII Conde de Toreno, y su cuñado general Rafael del Riego Flórez. El Conde de Toreno era miembro de las Cortes de Cádiz, que en el año 1812 elaboraron la Constitución, por lo que fué condenado a la muerte por Fernando VII, tras la vuelta del último al trono en 1814. El Conde tenía que vivir en el exilio hasta el año 1820, cuando Rafael Riego levantó el pronunciamiento con el fin de establecer la monarquía constitucional y proclamar la Constitución de 1812. Como se sabe de la historia, Rafael del Riego fue ahorcado en el año 1823, después de que Fernando VII acabara con el Trienio liberal, con la ayuda de las tropas extranjeras (Cien Mil Hijos de San Luis).

Tras el fracaso de los liberales el Conde de Toreno se fue al extranjero otra vez y volvió a España ya después de la muerte de Fernando VII, cuando recibió amnistia. La cumbre de su actividad política eran los puestos de Ministro de la Hacienda y luego del Presidente del Gobierno.

Pero volvamos a Tuña. Si el Conde de Toreno personalmente no tenía relación con este pueblo, general del Riego glarificó estas tierras con su nombre – aquí está situada su casa natal, La Chamborra:

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Era la propiedad de la madre del general, doña María Teresa Flórez. Rafael del Riego nació aquí en el año 1784 y fue bautizado en la iglesia de Tuña. La familia de los Riego vivía en esta casa hasta el año 1776, cuando se transladó a Oviedo por el nuevo cargo del padre. Fue vendida por los parientes del general ya después de su muerte, en 1831.

En honor del famoso hijo de Tuña en el centro del pueblo fue establecido un monumento:

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En Tuña está sutuado también el Palacio de Cabo del Río ( siglos XVI-XVIII), donde nació el padre de Rafael del Riego, don Eugenio de Riego Núñez, en futuro el Administrador General de los Correos del Principado.

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La fachada principal con galería de madera:

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Cuando me acerqué a la entrada, unos perros salieron para saludarme:

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Antigua puerta de la primera planta:

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Otras vistas, otras fachadas:

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En el terreno del palacio, a la orilla del río, ví esta pequeña casa: ¿era un viejo molino de agua?

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La muralla almenada, que antiguamente rodeaba el palacio, ahora separa su terreno de la carretera:

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Justo en frente de esta cerca se encuentra otra, igual almenada. Rodea el Palacio de Flórez-Valdés, conocido también como Casa de doña María, por el nombre de una de sus últimas propietarias.

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El edifcio, construido en el siglo XIV, tiene un blasón cuartelado, bien conservado, con armas de cuatro familias – Núñez de Tuña, Quiñones, García de Sierra y Flórez de Sierra.

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La panera y el pajar, pertenecientes al mismo solar:

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En el centro del pueblo, según el mapa turístico de Tuña, tenía que estar un curioso monumento, que me gustaría ver. Pero al pasar dos, luego tres veces por el sitio, donde debía estar, no lo encontré. Ya pensé, que estaba destruido. Al final decidí mirar por si acaso detrás de los edificios. Y tuve suerte. Os presento el monumento al  chosco de Tineo, con unos hórreos al fondo:

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El famoso chosco de Tineo, al que llaman tamvién marisco de cuadra, es un embutido ahumado, que se elabora de la cabecera de lomo y de la lengua de cerdo. Es un producto más famoso de la cocina tinetense y es un plato obligatorio de las fiestas. Por ejemplo nosotros lo probamos en la romería de la fiesta de boda vaqueira. ¡Fue muy rico! ¡Y de verdad merece un monumento!


Vuelvo a la calle central para ver la más alta Torre defensiva de Tuña, de siglo XIV. Ahora es un hotel.

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No se sabe mucho de la historia de la Torre de Tuña, porque, como escribe el cura Zoilo Méndez García en su libro “Los siglos de oro de Tuña”, en la primera mitad del siglo pasado D. Antonio Fernández, casado con la heredera del dicho palacio D. Consuelo Álvarez García, sin conocer “la importancia de los documentos, que pasaron a su poder … los quemó en el horno de su casa”. Así, lo poco que se sabe, es lo que de esta casa salieron algunos sacerdotes.


Para poner el punto en la lista de las torres medievales de Tuña y de los palacios, que crecieron a base de estas torres, hay que mencionar otro monumento histórico-arquitectonico del pueblo. Es el Palacio de los Cienfuegos, o Casa Pepón.

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La torre se refiere al siglo XIV, el resto de construcciones es del siglo XVIII.

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El hórreo en la parcela del palacio:

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Entre los que salieron de esta familia, se destacaba Don Pedro de Cienfuegos, nacido en Tuña en 1652, el obispo de Michoacán, una de las ocho parroquias de México.


La iglesia de Santa María de Tuña es del siglo XVIII. Es un precioso ejemplo de la arquitecrura barocco.

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El retablo del altar mayor es obra del taller Palomino (siglo XVIII):

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En el templo hay en total cuatro capillas, tres de ellas poseen retablos con los escudos de las familias donantes.

Uno me gustó mucho por su estilo, poco naif, pero muy tierno, aunque unas imágenes, lamentablemente, ya están casi perdidas.

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En la capilla de los Riego el escudo coincide con él del Palacio Barreiro:

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El retablo:

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Aquí hay sepulturas familiares del siglo XIX.

Las llaves de la iglesia se puede pedir en el bar “Casa Pipo”, que está a la izquierda del templo.


A la salida de Tuña está situado el antiguo Puente del Carral,  el testimonio de la calzada romana. Según la leyenda, en los cimientos de este puente hay una piel de vaca, toda ella de oro.

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A otra orilla del río, tras pasar por el puente, comienza la senda del dolmen de Merillés, cuya longitud es de 4,1 km.

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Pero yo esta vez no estaba dispuesta para una ruta tan larga. Por eso en coche subí hasta Merillés y desde ahí seguí la ruta a pié. Pregunté a una señora en el pueblo, cuanto podía tardar en subir, me contestó que aproximadamente una hora.  Al final tardé una hora y media (sólo para subir). También quisiera advertir a los turistas, que hay que seguir siempre la senda ancha, sin salir de ella. Lo digo porque  la flecha de un indicador me mandaba fuera del camino ancho, a una senda pequeña: tal vez, fue por el viento, que convirtió el indicador en una veleta. Salí de la ruta y perdí unos 20 minutos para entender mi falta.

La senda

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Pero las vistas me compensaron esta pequeña pérdida de tiempo:

Merillés

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Voy subiendo:

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Una mirada hacia atrás:

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El dolmen de Merillés se considera uno de los más bellos e importantes de Asturias. Es una construcción compuesta de cuatro piedras puestas en posición vertical (ortostatos) y una losa enorme, gigante, que está sostenida por los ortostatos en posición horizontal. ¡Sus dimensiones son 2,70 de largo x 2,05 de ancho x 0,25 m de grosor medio! La palabra “dolmen” es de origen bretón y significa “mesa”.

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Se supone que la cronología del dolmen de Merilles oscila entre 4000 y 3000 años a.C.

El punto de vista oficial hacia el significado de este tipo de construcciones es que eran un tipo de cámaras funerarias, aunque las excavaciones arqueológicas no pueden confirmar esta suposición por no encontrar los restos humanos en las cámaras. No tenemos información de los pueblos, que levantaron dolmenes, ni del modo de que los hacían. Aunque los megalitos, tanto dólmenes, como menhires (piedras gigantes, dispuestas de forma vertical) y crómlech (círculo, formado por menhires), son bastante extendidos por el territorio de Europa. En Asturias se puede emcontrar otros ejemplos de megalitos, por ejemplo en el Monte Areo cerca de Gijón.

En las montañas anochece muy rápido, por eso yo tenía que bajar ya al pueblo.

La última foto, que hice, bajando, este día maravilloso:

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 Parte II


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